Mi hogar en un papel
Nunca antes un olor me había gustado tanto como el de mi cama cuando huele a ti. Yo quería ser encantadora de serpientes sin saber tocar la flauta y tú querías hablar de sentimientos cuando no existían. ¿Dónde quedan las cosas bonitas que se dicen? ¿Dónde quedan los besos que no se dan y el papel de regalo cuando el regalo eres tu? ¿Dónde están las caricias y las pecas de tu nariz que nunca conseguí contar? ¿Dónde quedan los recuerdos hasta que vuelven a revivirse? ¿Dónde están las estrellas y los sueños? ¿Y por qué no puedo leer en braille cada uno de tus lunares antes de que te vayas? Y cuando no puedes más... Dos palabras bonitas, un besito de esquimal, un azote en el culo y a seguir con esto y más. Porque por intentar, yo quiero intentarlo todo contigo. Claro que las cosas no son fáciles y menos siendo tan opuestas, pero ¡joder! Lo difícil está muy desvisto y contigo las cosas más feas se magnifican. Que si, que hay muchos tipos de magdalenas, de perros y de llantos, pero yo me que