Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

No podías faltar aquí.

La metáfora de la media naranja comenzó a tener sentido hace quince años pero yo no lo sabía; no era consciente hasta que la naranja fue partida, quedando mi mitad separada de mí después de tantos años. Ilusa de mí que no lo descubrí hasta hace exactamente siete meses. Yo no sé si el dicho es aplicable a la amistad, pero creo que es en el único ámbito en el que puedes encontrarla y no cambiar de mitad nunca más. No me di cuenta de su existencia hasta que dejé de pasar horas con ella y pasaron a separarnos nuestros respectivos sueños. No creía que existiese hasta que empecé a echarla de menos. Hasta que tu casa ya no era lo mismo sin sus visitas y tú ya no abrías su frigo. Pero no me ha dejado, no ha dejado de ser mi mitad ni lo dejará de ser, me juego una mano. Sin embargo no todo es tan bonito, porque a penas hablas con ella, a penas la ves y aunque juntas sigáis siendo una, ahí está el tajo que os separa... Un tajo que se mide en muchos kilómetros.  Y a partir de ese momento sabes

A pesar de todo mi futuro está aquí.

Cuando estás rodeada de gente pero te sientes sola y te acuerdas de casa. Esa casa que te vio crecer y de la que ahora estás tan lejos. Te acuerdas de tu familia y de las comidas de mamá. De las costumbres, de la poca agua que salía de tu ducha, del calor de tu cama y de los rituales que seguías con tus amigas... y lo extrañas, lo extrañas TODO. Aquí todo es rapidez, todo son prisas y yo con mi lentitud llegando siempre tarde pero llegando, paso a paso y cada vez más cerca de mi sueño. Echo de menos las peleas con mi hermana, las broncas de mi madre y las jodiendas de papá. Echo de menos las canciones de la abuela para dormir la siesta, ver a mi abuelo fumar, las comidas de los domingos, la herencia de la cuchara azul y el olor tan peculiar de casa de mi tía. Echo de menos a mi perra y sus bienvenidas a casa, agitando el rabo. Echo de menos mi sofá, mi manta, las tonterías de mi madre, las gilipolleces de mi hermana y las sardinetas de papá. Echo de menos llegar a casa y tener a quien