Basado en hechos reales.

Cuando piensas en 'piensa en dormir' es que todo va mal. Es porque tienes cosas más importantes en las que pensar pero esas cosas causarían un daño irreparable en ti si las meditas a altas horas de la madrugada. Y no quieres. No quieres pensar en ellas, no quieres pasarlo mal y sobre todo no quieres llorar a solas. Pero ahí están rompiéndote por dentro y no dejando salir tu habitual sonrisa. Y tan jodidamente enamorada te quedas con sus recuerdos por no poder quedarte con él.
Ya no eres esa persona que me escuchaba, la persona que me miraba y no había nadie más. Ya no eres con quien quiero visitar el mundo o hacer de mi cama nuestro propio universo. Ya no eres esa persona que está, que quiere estar, porque no quieres. Y murió, murió lo de compartir sueños, lo de dedicarnos notas bonitas, lo de las sonrisas del alma estando serios, lo de los ataques de celos por miedo a perdernos, lo de los nervios antes de vernos, lo de los cheques canjeables por caricias, lo de arroparnos en las noches frías, lo de invitarnos a cenar o cenarnos directamente. Se apagaron las indirectas, se asfixiaron los detalles y los dibujos de las paredes se despegaron por falta de verdad. Todo lo que antes era mío ahora no sé de quién será, pero mío no, de eso estoy segura. Se consumió la ilusión, las ganas, los sentimientos. Cansa; agota sentir por los dos y no recibir ni un ápice de lo que tú estarías dispuesta a entregarle. Ya no me cuentas cómo te sientes, no me explicas tus miedos y no compartes tus alegrías. Dejaste hace tiempo de quererme y no quieres aceptarlo, pero yo lo sé. Conozco cada una de tus complicaciones, cada forma que tienes de expresarte y conozco todas y cada una de tus sonrisas. Las sonrisas que ya no me dedicas.
Y aunque suene triste, pasaste de echarme de menos a echarme de más. Sobrando yo y nuestro mundo. Perdón, no nuestro mundo sino mi mundo, el que quería compartir contigo.