¡Me lo pido!

Pido que hagas verano mis próximos cien inviernos, pido que sigas teniendo cosquillas hasta en las pestañas y que sigas dejando tu olor en cada rincón de mi vida.
Pido que los días que te vea sigan siendo los más azules del año, que no dejes de dedicarme sonrisas y volver a llenar una y mil veces más tu espalda de besos.
Pido que me eches de menos cuando no me tengas contigo, ver muchos más atardeceres en el punto más alto de nuestro mundo y seguir cantando nuestra canción a gritos en el coche.
Pido que nunca dejes de hacerme bailar en medio de la calle, que me regales muchos más despertares a tu lado y que sean menos las despedidas.
Pido seguir emborrachándonos juntos a vino blanco, cervezas o copazos, volver a pisar las playas de Cádiz contigo de la mano y seguir siendo tan yo como lo soy contigo.
Pido no tener que verte triste nunca más, que se acaben los orgullos y seguir sintiendo que me proteges por encima de todo.
Pido continuar siendo la caperucita de ese caballero aunque no coincida la historia, permanecer segura de que nadie me hará sentir todo lo que tú y que nunca mueran los huracanes (que no mariposas) que tenemos dentro cada vez que estamos juntos.
Pido que me sigas diciendo que soy lo mejor que te ha pasado en tu vida, continuar siendo con quien vives tus días mejores y peores y poder ser quien te los arregle.
Pido seguir escribiendo las normas de nuestro mundo, saltar todas las vallas de la mano y ampliar nuestra paleta de grises.
Pido llenar esa hucha para recorrer el mundo juntos, seguir teniendo la ilusión de con qué tipo de merienda aparecerás hoy y que no nos coma la monotonía.
Pido 24 horas a tu lado 365 días al año, seguir vaciándonos los bolsillos en comida y que no dejes de quitarme el pintalabios.
Pero sobre todo, pido seguir comiéndote a besos.

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